jueves, 27 de noviembre de 2014

El Mar

Vengo al mar
a pedir a las olas mi absolución,
a pedir perdón por todos mis pecados,
a fundir mi cuerpo con la  marea.

Mis huesos, se convertirán en arena;
mi piel, se diluirá en las olas;
la sal, se unirá a mi hemoglobina
y seré azul, como el cielo,
                                                        como el infinito.

El agua de mar depurará mi alma,
limpiará cada grano de vida
que me queda sobre los hombros

El  mar no es mi casa, a nadie pertenezco.
El viento mece cada una de las plumas
de unas alas que no me dejan volar.

A nadie pertenezco,
y las huellas de la luna,
que aún se sienten bajo este amanecer,
dictarán mi sentencia.

Meteré en mi última botella
este mensaje, esta carta,
esta oración.
Vengo al mar
a pedir perdón por todos mis pecados,
a pedir a las olas mi absolución,

a escapar de esta isla desierta.